Hoy en día llevar zapatillas de deporte para los looks de todos los días es algo muy normal, algo que, sobre todo en los últimos años, se ha puesto muy de moda. Sneakers con vaqueros o con faldas son la combinación urbanita perfecta a la que poco a poco todos nos hemos acostumbrado y hemos empezado a llevar.
Cuando Reebok empezó como marca deportiva en los años 80 fue la primera en proponer con su modelo freestyle una zapatilla para un uso que iba más allá del deporte. Las zapatillas Reebok se convirtieron de inmediato en un icono de moda urbana que relacionó la marca con una forma de expresión de la cultura urbanita estrechamente ligada a la música, el arte y el diseño.
Ahora Reebok quiere volver a sus orígenes y recuperar este vínculo que la ha llevado al éxito y por ello la marca ha creado el Reebok Creative Hub, un espacio para crear sinergias y dar visibilidad a los jóvenes talentos creativos del país. Tras varias semanas de trabajo del Rebook Creative Hub acaba de salir el proyecto “La Ciudad en movimiento”, un trabajo realizado gracias a la colaboración de artistas de varias disciplinas. La ciudad en movimiento es un videoclip ambientado en una misteriosa ciudad futurista salvaguardada por Bflecha. En el vídeo ciudadanos del futuro corren frenéticamente mientras una pareja de científicos trabaja en un experimento para racionalizar el amor. ¿Lograrán los dos científicos en el intento?
El visual es un homenaje de Reebok Classic a las ciudades como epicentros del arte y la creación en el que la cantante y productora Bflecha interpreta una versión del hit de los ochenta de Aviador Dro.
Para realizar este futurista e ingenioso videoclip de Reebok Creative Hub han trabajado mezclando sinergias el realizador Tomás Peña, la directora de arte Elena Gallén y la diseñadora de moda Krizia Robustella.
El resultado de #ReebokCreativeHub es una mezcla extremadamente creativa y única en su género en el que conviven realidades inesperadas. En el videoclip encontramos referencias al cine expresionista, Dogville y Metrópolis, al pop como Futurama o Mazinger Z, al art déco y a la genialidad de Bauhaus y su Beaux Arts Ball de 1931.
