¡El verano ya casi está aquí!… y para aquellos despistados que aún no se hayan enterado, a principios de febrero de este año, el Palau Robert presentó la magnífica exposición «Ferran Adrià y elBulli. Riesgo, libertad y creatividad», que podrá visitarse hasta febrero del 2013, en Barcelona.
Una exposición un tanto nostálgica, para mi punto de vista, donde podemos ser testigos del nacimiento de elBulli y donde podemos admirar una pequeña muestra de la grandísima imaginación y de la inagotable capacidad de innovación del internacional chef catalán Ferran Adrià y de su equipo creativo, algunas de las cualidades por las que es considerado el cocinero más influyente de finales del siglo XX y principios del XXI y quien no necesita carta de presentación más que su propio nombre.
Y digo nostálgica porque, después del cierre de elBulli en julio de 2011, es una forma de recordar la experiencia irrepetible de aquellos que tuvieron el grandísimo placer de ser comensales del que fuera 5 veces el mejor restaurante del mundo; y para aquellos que no lo tuvimos, es una buena oportunidad para sentirnos «invitados virtuales» de este restaurante de cocina vanguardista, ahora inalcanzable durante una temporada indefinida.
Pero como dice aquel famoso proverbio: «no hay mal que por bien no venga», pues elBulli restaurante cierra dando paso a una nueva etapa, materializada en un proyecto igual de apasionante: elBulli foundation, un centro de creatividad y de innovación donde se compartirán ideas a través de internet y donde se archivará todo el material físico y digital culinario.
De hecho, de aquí el título de la exposición, que obedece a las palabras del propio Adrià, quien hace ya varios meses dio la noticia de cerrar el restaurante y expresó su deseo de transformarlo en un laboratorio único en el mundo, de referencia internacional y fuente de inspiración creativa e innovadora: «Habrá riesgo, libertad y creatividad. Por ello no habrá horarios ni reservas ni rutinas».
La propuesta de la exposición abarca muchos ámbitos y contenidos, siguiendo un orden cronológico, donde podemos ver desde fotografías de un jovencísimo Ferran, cartas personales, ejemplares de numerosos premios y reconocimientos, esculturas del perro «Bulli», hasta los más modernos videoclips y documentales, uno en especial sobre el último día de funcionamiento del restaurante. Además, paralelamente, se realiza un ciclo de conferencias, ciclo de audiovisuales, servicios educativos, entre otras actividades.
Como diseñadora, debo deciros que disfruté muchísimo de esta exposición, pues la cocina de Ferrán Adrià no sólo ha revolucionado históricamente el ámbito gastronómico, sino también ha sabido cómo incorporar exitosamente diseño y tecnología a sus creaciones. Así que no diré más que: «¡Venid a verla y disfrutadla con todos vuestros sentidos!» 🙂 Más información en la página gencat.