¿Qué hay detrás de una prenda de moda? ¿Cómo se comporta la industria textil respecto al medio ambiente? Y, ¿es realmente posible una moda ética para un futuro sostenible? ¿Cómo?
A estas preguntas contesta el libro “Moda ética para un futuro sostenible” de la profesora del IED Elena Salcedo planteando un futuro más sostenible para la moda e informando al consumidor sobre el trabajo sucio que hay detrás de la producción textil.
Consumimos el doble de lo que produce la tierra y parte de esta huella ecológica, capacidad de la tierra para generar los recursos y asimilar los residuos producidos, está ligada a los productos que adquirimos. Estamos viviendo en un sistema de producción y consumo insostenible a nivel económico, social y medioambiental y en este libro Elena Salcedo propone soluciones para cambiar la situación. ¿Realmente es posible? Sí, ya hay marcas que lo están haciendo y poco a poco los consumidores y por consecuencia los productores muestran más sensibilidad
¿Sabías que para hacer una camiseta de algodón se consuman 2.700 litros de agua? Un abuso inadmisible tomando en cuenta que el agua limpia y potable es inferior al 1% del agua del planeta y que, debido a su excesivo consumo, el agua se ha convertido en el recurso esencial más amenazado del mundo, sobretodo en el caso de países como China, India y Bangladesh donde el agua es más escasa y hay grandes producciones textiles.
Pero el problema no es solo el gran consumo de agua que se hace en la producción textil sino también el tratamiento que se le da, ya que en los procesos de teñir, estampar, lavar y acabar la prenda se suele emplear una gran cantidad de productos químicos que pueden ser tóxicos para las personas y para los acuíferos. De allí que la industria textil es responsable del 20% de la contaminación de agua global.
Para analizar el problema desde sus orígenes hay que tomar en cuenta que, además del algodón que cubre un 32% de la producción mundial, las fibras más utilizadas en la moda son el poliéster (fibra sintética) un 45% y la viscosa (fibra artificial) solo un 4%.
El poliéster está hecho de productos químicos procedente del petróleo, como la gasolina usa como materia prima el crudo y luego no se descompone en la naturaleza. El 70% de la producción mundial de poliéster se destina al textil y el 30% restante para producción de envase de bebidas. La viscosa se genera a través de la extracción de la celulosa en la madera de árboles con el gran riesgo de deforestación, además requiere un gran uso de agua y un proceso intensivo de energía.
Analizando los tejidos una primera solución es recurrir a fibras de menor impacto, fibras naturales ecologicas , recicladas o alternativas como la ortiga, fibras artificiales más sostenibles y fibras sintéticas recicladas o biopolímeros. La oferta de materiales de menor impacto está creciendo proponiendo a los diseñadores alternativas en tejidos, un showroom especializado en materiales más sostenibles que a muchos os sonará es el de la ecoplataforma C.L.A.S.S. que apoya y promueve un moda más sostenible desde el 2007.
Pero para llegar a una moda ética es necesario “limpiar” todas las fases del ciclo de vida del producto, no hace falta escoger un tejido de menor impacto. A todos os sonará el desastre del edificio derrumbado en Bangladesh en 2013, los más de mil trabajadores de la confección que murieron hicieron abrir los ojos a muchos sobre las condiciones laborales de inseguridad en la que se producen muchas de las prendas que consumimos.
A estas condiciones de insalubridad e inseguridad hay que sumar los salarios de miseria, se calcula que solo entre el 1 o el 2% del coste de una prenda va al trabajador que percibe legalmente un suelo mucho más bajo de lo que sería un salario digno para poder vivir (en Bangladesh esta diferencia supera el 500%) y las jornadas de trabajo interminables que requiere el Fast fashion que promete tiempo de entrega rapidísimos. Los empresarios locales quieren seguir captando la inversión extranjera y sus empleados y su trabajo costaría mucho más y no sería competitivo si ofrecieran condiciones dignas a los trabajadores y realizaran los procesos de manera más limpia.
El tratamiento de las aguas residuales es uno de los problemas mayores junto con procesos de tratamientos de las prendas como por ejemplo el sandblasting. Este tratamiento del denim que consigue el tan deseado efecto desgastado, una técnica prohibida en Europa por provocar graves daños respiratorios a los trabajadores, que ha sido además sido objeto de la campaña ropa limpia que pide a los diseñadores de dejar de utilizarla, se sigue realizando en Turquía, a pesar de estar prohibido, y sigue siendo legal en Bangladesh, China, Pakistán India y Siria. A este nivel debería ser entonces la firma, el diseñador o la cadena a no pedir cierto tipo de tratamiento o amoldarse a los tiempos de entrega, algo que probablemente no llegaremos a ver en las grandes cadenas de moda low cost.
Para los más eco hay nuevos sistemas de certificaciones y gestión que acredita su buen trabajo: Blushign, Oko Tex 100 y Made in Green y para todos los tratamientos se busca la alternativa más sostenible, por ejemplo la innovadora empresa española Jeanologia que se ha convertido en líder mundial en tecnología sostenible para el acabado en prendas. Marcas como Levi’s, Pepe Jeans y Tommy Hilfiger son algunos de sus clientes.
Otra fase importante que necesita ser “limpiada” para llegar a hacer un moda ética es la del transporte de la mercancía, por rapidez el avión, el medio de transporte de mayor impacto es el favorito por las empresas, a pesar de ser más caro porque en esta fase ya no se preocupan de ahorrar dinero. El packaging, el impacto medioambiental de las tiendas son otros de los factores y en estos las marcas parecen más orientadas a invertir ya que es algo muy evidente de cara al publico que enriquece y mejora la imagen de la marca, tenemos el eclatante ejemplo de las tiendas ecoeficientes de Zara.
Y una vez que la prenda entra en nuestro armario ¿con qué productos y cuánto la lavamos? Y ¿cuándo no la usamos más que hacemos con ella? El reciclaje es algo que siempre más está entrando en nuestros hábitos pero aunque estamos acostumbrados a donar las prendas que ya no usamos no estamos igualmente acostumbrados a comprar ropa de segunda mano, además la moda low cost no está pensada para una larga vida del producto, siendo algo muy relacionado a las tendencias no resulta ser algo apetecible en nuestro mercado y esto crea el gran problema de los residuos textiles.
En España en 2009 se generaron 106.700 toneladas de residuos textiles . Las marcas frente a esto se están organizando con sistemas de recogidas, de reciclaje, de devolución y de upcycling y nosotros deberíamos concienciarnos antes de adquirir algo que realmente no necesitamos de la industria de la moda rápida pensando al mercado que estamos alimentando.
Un libro sin duda muy interesante y útil en el que se profundizan todos los aspectos del ciclo de vida del productos en una visión más sostenible, una lectura con todo lo que un comprador de moda debería saber y una guía para ser consumidores con más ética.
La escritora quedándose corta con el libro también ha añadido info extra en cuidandolasformas.com Moda Ética para un futuro sostenible de Elena Salcedo es publicado por la editorial Gustavo Gili, link al libro aquí.
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