Ya han pasado dos años desde que el Club-Restaurante Ocaña abrió sus puertas en la Plaza Real y para celebrar su aniversario decidió hacer las cosas en grande. La fiesta empezó con el concierto en la plaza Real de la banda de música de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana (Sevilla), localidad natal de Ocaña, que interpretó un repertorio de paso dobles y sevillanas desde los balcones del edificio del local.
Para la ocasión realizó un “altar de muertos” en homenaje al recién desaparecido Alejandro Molina, autor de la decoración de la fachada del establecimiento y a José Pérez Ocaña, artista icono del arte transgresor de la transición que da nombre al restaurante.
Además de celebrar su segundo aniversario el Club-Restaurante Ocaña inauguró el nuevo ambiente Ocaña D.F., un espacio creado por el artista mexicano Humberto Spíndola en el que se unen arte y gastronomía.
La del Ocaña es la primera obra artística de gran formato de Spíndola en Barcelona, para realizarla empleó la técnica del papel picado como eje central de la instalación y con el dorado como protagonista. La performance de Spíndola se ha adaptado a la perfección a las ilustraciones de las paredes que pintó hace un año el francés Gérard Zlotykamien, el primer grafitero de París. La obra, basada en la recuperación de los trabajos mexicanos del papel de seda guardados en la tradición popular, convive con una serie de obras tituladas “jugueteando con el maestro” de otro artista mexicano como Chucho Reyes que juntos otorgan de gran colorido a este espacio singular. Spíndola ha intervenido las obras de Reyes ampliándolas y dándole un colorido warholiano.
El nuevo espacio Ocaña D.F propone un viaje por la gastronomía americana con una fuerte presencia de la cocina mexicana dirigido por Martín Schanninger
El Ocaña es un espacio multiconceptual, un punto de encuentro que nace como lugar de reunión de amigos del pintor y actor de la Barcelona más transgresora de los años 70 y 80, José Pérez Ocaña, como son: el artista Nazario, la fotógrafa Colita, el diseñador Javier Mariscal y el cineasta Ventura Pons, el grupo de amigos que mejor conoció al artista que da nombre al establecimiento y que fueron testigos de su defensa de la libertad en todos sus sentidos.
El local se sitúa en un edificio del siglo XIX de 1.200 m2, y está dividido en cinco zonas: Café, Bar, Terraza, Restaurante Ocaña D.F. y Apotheke. Este último es el espacio más emblemático, una coctelería donde el mobiliario procede de una farmacia de Bilbao del siglo XIX, y que muestra paneles de madera esculpida de estilo árabe, muy de moda en la época.
En el Café reina una atmósfera íntima y acogedora, las sillas son del italiano Vittorio Nobili y se sitúan sobre suelos de roble, rodeadas de columnas doradas de hierro.