Nuestra piel es el reflejo de quiénes somos, cuenta nuestra historia, nuestros sentimientos y nuestro estado de ánimo. Nos protege en todo momento pero también nosotros tenemos que cuidar mucho de ella y a veces nos sorprende y asusta con cambios repentinos que no se solucionan con una crema antiage ni con productos descongestionantes. Son reacciones que pueden estar debidas a agentes externos o internos que alteran su normal estado, por lo que para averiguar de qué se trata y solucionarlo de la mejor manera hay que recurrir a la ayuda de especialistas.
¿Pero qué pasa cuándo ni ellos saben cómo cuidar tu piel? Es el caso real de Toni, un barcelonés amante del ciclismo y de las actividades al aire libre, que de repente empieza a sufrir una importante reacción en su piel. Su vida se para y todo empieza a rodar alrededor de ello, los doctores no son capaces de poner solución al problema y empiezan a intervenir también los agentes internos y su enfermedad se convierte en una urticaria crónica importante que casi le impide salir de casa.
Prueba tras prueba los resultados de Toni no indican ningún problema pero su piel demuestra todo lo contrario, hay algo grande que nos asustaría a cualquiera. En casos como el ejemplo de Toni, su constancia y su fuerza nos tienen que servir de modelo: ¡Hay que seguir luchando!
Toni no se rinde ante una falta de solución por parte de los doctores. Y es que piel solo tenemos una y con ella tendremos que vivir toda nuestra vida, por lo que tiene que estar en las mejores condiciones posibles. Hidratación y protección son los básicos que todos tenemos en nuestra rutina diaria, pero en casos así hay que ir más allá y proceder a la reparación buscando el tratamiento específico para el problema. Así fue para Toni, finalmente tras seguir investigando e investigando probó un tratamiento que le recomendaron y de un día para otro solucionó su problema. Su piel volvió a su estado de normalidad y con ello su vida, algo que solo unos días antes le parecía imposible.
