Cuando un champagne puede presumir de una etiqueta vintage quiere decir que es algo muy especial y en el caso del Veuve Clicquot Vintage 2008 estamos hablando de una cosecha excepcional.
Para presentar estas prestigiosas botellas la marca perteneciente al grupo LVMH ha organizado un maridaje en el restaurante/concept store del interiorista Jaime Beriestain, un espacio en el que, como en este champagne, se fusionan armónicamente y con mucha elegancia elementos vintage, personalidad y estilo.
Durante la comida pudimos probar el Veuve Clicquot Vintage 2008, una edición especial que conmemora su bicentenario, en la que como de costumbre en la casa predomina el Pinot Noir con sus generosas notas frutale, la frescura de los aromas cítricos y un envolvente cierre de frutos secos y delicada notas tostadas. El Veuve Clicquot Vintage 2008 es un champagne brillante y efervescente muy fresco y elegante, ideal seguramente para celebrar algo especial pero también para acompañar deliciosos platos como en nuestro caso.
El maridaje en Jaime Beriestain siguió con otra botella muy especial, el Veuve Clicquot Vintage Rosé 2008. Muchos estamos acostumbrados en asociar el vino rosé a algo de discutible calidad, pero botellas como estas nos hacen cambiar totalmente de opinión. Ligeros aromas amaderados, vanillas y notas tostadas contradistinguen este champagne de color rosa brillante de generosa mineralidad y abundantes notas de frutos rojos en el que la Pinot Noir se combina con las notas cítricas del Chardonnay consiguiendo un resultado delicado y sedoso en boca.
Veuve Clicquot es conocido en todo el mundo por su peculiar historia que ha hecho de este champagne un producto único en su género.
Madame Clicquot, la Veuve (la viuda), se quiso hacer cargo de la empresa de familia a pesar de haberse quedado sola, estamos hablando de los primeros años del 1800 y una mujer en aquella época no solía llevar adelante un negocio. Todos tomaron por loca “la Veuve” que se quedó al mando de la casa de producción del vino espumoso Clicquot, una de las más antigua de la región de la Champagne.
A pesar de los tiempos Madame Clicquot logró demostrar el valor que puede tener una mujer. Compró viñedos de alta calidad, en cuanto llegó el momento empezó a exportar sus vinos llegando hasta Rusia y fue ella quien quiso empezar a poner etiquetas en las botellas, antes el champagne antes no tenía etiqueta. A ella y al hecho que en San Petersburgo todas las casas eran amarillas se debe el hecho de que el color emblemático de la casa sea el amarillo. Además de todo eso, seguramente su mayor logro ha sido mejorar el método Champenoise. Antes de que llegara ella el champagne era turbio, a nadie parecía importarle pero a Madame Clicquot no le gustaba nada que tuviera tanto sedimentos por lo que empezó a hacer pruebas hasta que descubrió que poniendo las botellas en pupitres y girándola un poco cada día se conseguía acumular el sedimento el el cuello de la botellas y de esta manera era posible extraerlo al cambiar de corcho. Ahora muchas casas ya tienen automatizado este proceso pero en el Veuve Clicquot se sigue haciendo de manera manual siguiendo esta técnica inventada por una mujer viuda que nos ha pasado de ser considerada una loca a una referencia internacional en el mundo del champagne.