CaixaForum Barcelona acoge una preciosa exposición de uno de los fotógrafos más importantes y creativos del siglo XX.
La exposición se divide en cuatro secciones: una primera dedicada a los años que pasó en París, otra con sus muy celebrados retratos de famosos –especialmente los de Marilyn Monroe–, una tercera con sus proyectos personales, donde encontraréis su famosa performance jumpology y, por último, el impresionante repertorio de “ideas fotográficas” que desarrolló junto con Salvador Dalí.
Una primera sala de fotografías en blanco y negro os acercará al París de la década de los 30. Se aprecia en el joven fotógrafo autodidacta su interés desde sus inicios por el retrato, el hombre como objeto a descubrir con una mirada directa a los ojos de sus pacientes.
A continuación, su etapa norteamericana donde Halsman recibiría sus primeros encargos de LIFE para fotografiar a estrellas de Hollywood, entre las que se cuentan Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Frank Sinatra, Ingrid Bergman, Bette Davis, Shirley Temple y Paulette Goddard. Serían en total 101 portadas mágicas las que realizaría a lo largo de su carrera, seleccionando la exposición alguna de ellas para una composición mural que disfrutaréis.
En la sección dedicada a Marilyn Monroe se siente mucha ternura, ya que se aprecia la evolución de la actriz desde que posó por primera vez como aspirante a estrella en blanco y negro, hasta sus famosas portadas para LIVE con el mito ya creado.
Dentro de los proyectos personales de Halsman, dos fueron especialmente innovadores e influyentes en la fotografía contemporánea: en 1949, junto al actor francés Fernandel, creó un nuevo tipo de producto editorial, el picture book, que os hará sonreír y su técnica jumpology, que consiste en fotografiar personas famosas saltando. “En un salto, la máscara se cae. La persona real se hace invisible” explicaba Philippe Halsman sobre ella.
De verdad creedme si os digo que es psicología pura. Si contemplas el lenguaje corporal de los distintos modelos aprecias la fragilidad alegre de Marilyn, la seriedad del duque y la duquesa de Windsor, la sensualidad de María Félix, la fuerza de Ava Gardner y la libertad de Brigitte Bardot. Es maravilloso observar como ante un acto tan simple como saltar cada individuo se desinhibe de forma diferente y la cámara es capaz de captar esa particularidad justo en el aire, a golpe de click.
Durante vuestra visita podréis enredaros con un grupo de piezas personales del artista como hojas de contrato, pruebas de impresión o fotomontajes originales, que salen a la luz gracias a la colaboración de la propia familia en este proyecto. Es como abrir cajones de su estudio o de su mesita de noche. Destacaría especialmente una felicitación navideña protagonizada por la familia Halsman en pijama donde vemos como Papá Noel les atraca con una pistola.
Por último, mi unidad favorita, la dedicada a lo mejor de las cuarenta y siete sesiones con Salvador Dalí. La empatía intelectual que une a ambos genios y figuras, brilla en todo lo expuesto. Encontraréis escenas surrealistas con ovejas colgando de árboles, gatos volando por los aires (por favor imaginaros al ayudante de fotografía recogiendo 47 veces al gato y volviéndolo a tirar) o modelos desnudos recreando calaveras humanas.
Imaginación, sensibilidad, trabajo, humor, riesgo y modernidad. Todo esto y más transmite la obra y personalidad de Philippe Halsman. Mente del siglo XX que se gana eternidad a base de saltos, locura y pasión por su trabajo. Maravilla.
Recordad, CaixaForum Barcelona hasta el 6 de noviembre de 2016.
Más información sobre la expo Philippe Halsman. ¡Sorpréndeme! : caixaforum-barcelona