Flamenco, caballos y sobre todo mucho vino. Jerez de la Frontera es famosa en todo el mundo por su Sherry, así se le conoce por su vino a nivel internacional, y cuenta con una historia vinícola que remonta a hace más de 3.000 años en la época romana, de hecho el Marco de Jerez es la región vitivinícola más antigua de España.
Pasear por los alrededores del casco antiguo de Jerez de la Frontera es encontrarse con Bodegas que han conservado su esencia de antaño y que continúan la tradición del vino de Jerez. Entre muchas, visitamos la Bodega Lustau, la única que elabora vinos en las tres ciudades del Marco de Jerez (Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda) y es un excelente ejemplo de innovación aplicada a la tradición y de excelencia en vinos de Jerez .
Lustau ha conseguido ir más allá de los clásicos y usar su producto y su experiencia para lanzarse a la producción de algo más de moda entre los jóvenes como puede ser el vermut. No es que con el Palo Cortado o con el Amontillado no le fuera bien. De hecho, Lustau es actualmente la Bodega más premiada de España con 12 medallas de oro en la 36ª edición del International Wine Challenge y dos Trophies justamente a mejor Amontillado y mejor Palo Cortado. Pero con su vermut ha conseguido hacer llegar su multi-premiada marca y los vinos de Jerez a todos los vermuteros más sibaritas. El rojo está elaborado con Amontillado y Pedro Ximénez, el blanco con Fino y Moscatel y el rosado con Fino, Moscatel y Tintilla de Rota.
Visita a la Bodega Lustau
Estos vinos tan premiados se elaboran en varias bodegas del Marco, de hecho actualmente la producción está principalmente concentrada en seis históricos cascos bodegueros del siglo XIX en el centro de Jerez que Lustau adquirió en el 2000 a la compañía Domecq y restauró conservando su autenticidad.
En la visita al complejo bodeguero Los Arcos de Jerez (llamado así por los muchos arcos de una de sus bodegas) se pasa por seis bodegas de crianza de diferentes épocas. Son bodegas catedralicias inmensas con techos altos, muros gruesos, grandes ventanas y el mítico suelo de albero. Características que permiten crear y mantener el especial microclima que necesitan los vinos de Jerez.
Con vino en la mano, empieza el sugestivo paseo por las botas de las varias bodegas. De fino en la Bodega Las Cruces, enmarcadas entre majestuosos arcos en la Bodega Los Arcos (de 1862) y de oloroso en la Bodega La Campana (de 1835).
La visita sigue por la Bodega la Emperatriz, lugar declarado Bien de Interés Cultural, la Bodegas Montegilillo y su museo de objetos relacionados con la viticultura y la Bodega La Sacristía. Esta última es una antigua calle de Jerez que actualmente ha quedado integrada en el complejo bodeguero.
El secreto del Jerez: Soleras, Criaderas y Velo de flor
Con su encanto único y su gran historia, el complejo bodeguero debería ser una visita obligada para todo turista pero, más aún que el recorrido, lo más interesante es entender cómo funciona el sistema de soleras y criaderas, observar de cerca el Velo de flor y darse cuenta por qué los vinos de Jerez son tan especiales.
Esta bota con una capa de levadura que protege el vino de la oxidación es el gran secreto del vino jerezano.
La crianza con levadura de velo de flor tuvo origen en Jerez hace unos 200 años, es un fenómeno que necesita especiales condiciones atmosféricas como las que se encuentran en las bodegas de Jerez y aporta características únicas que hacen que el amontillado sea un vino tan especial. En estas botas de madera de roble americano para realizar la crianza biológica del mosto de Palomino se deja un espacio vacío (aire) que en el proceso de fermentación alcohólica forma una capa de levadura de color blanco arriba de la superficie del vino que no permiten que el vino se oxide.
Por supuesto una vez visto todo esto querrás probar todos los vinos de Jerez, por eso la visita termina siempre con una degustación.
Para más información sobre la Bodega Lustau y reservar una visita: www.lustau.es/visitas
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