Es curioso como la vida se nos pasa en menos de un suspiro, sin dejarnos dar vuelta atrás para volver a empezar. Algunos seremos olvidados, pero otros, sólo unos magníficos como David Bowie quedarán en la historia del recuerdo, inspirando a las nuevas generaciones que están por venir curiosas esponjas inquietas que anhelan ser mejores.
David Bowie murió el lunes después de luchar durante 18 meses con la dura enfermedad del cáncer, justo dos días antes, coincidiendo con su cumpleaños, sacaba a la luz el que sería y es el último disco de su carrera “Blackstar”. Un álbum con siete canciones de aires jazz y toques electrónicos que ponen punto y final a la trayectoria de un artista extravagante, en constante evolución y proceso de cambio. Dicen que la letra de su single “Lazarus” daba pistas sobre lo que estaba a punto de pasar.
Ahora que ya no está, nos asaltan muchas dudas sobre quién estaba, en realidad, detrás de todos esos personajes que a lo largo de sus discos nos ha ido presentando. Todos visionarios, innovadores, eclécticos, inspiradores, arriesgados y con un aire despreocupado ante la opinión pública.
David Bowie ha sido fuente de recursos para diseñadores, músicos y demás artistas. Son muchos los diseñadores de moda que han tomado su reflejo para sacar adelante sus colecciones o crear prendas transgresoras. Riccardo Tisci, Hedi Slimane, Jean Paul Gaultier que basó una colección entera en Ziggy Stardust, los trajes de Dries Van Noten inspirados en la etapa berlinesa del cantante, cuando Phoebe Philo basó su primera colección femenina en Cèline en una imagen del artista enfundado en un traje color mostaza inolvidable. Y también son muchos los músicos influenciados por su esencia, entre ellos, The Cure, Franz Ferdinand, U2 o la mismísima Lady Gaga.
Comenzó su carrera a principios de los 60, por aquel entonces su estética era “mod” con un pelo impecable y trajes de tres botones. Para el lanzamiento de su tercer álbum “The Man who sold the world” eligió un look andrógino utilizando un vestido que dio mucho que hablar a la opinión pública y que levantó ciertas sospechas acerca de su sexualidad.
En su etapa más glam y coincidiendo con su cuarto álbum, “Hunky Dory” en 1972, aparecería su alter ego en escena. Sin duda, “Ziggy Stardust” se convertiría en un personaje icónico del pop alabado y reverenciado por muchos seguidores del cantante. Su vestimenta era el fiel reflejo de lo que sonaba en sus canciones. El body rojo que utilizó en su última actuación como Ziggy fue memorable.
Tras mudarse a los EEUU en 1974 Bowie lanzó su disco “Diamond Dogs”. Uno de los éxitos de este álbum dio lugar a otro de sus looks más representativos de su etapa Glam-rock. La canción “Rebel Rebel” vestido con un mono de color rojo de cintura alta, con camisa de cuadros y pañuelo al cuello. Sin olvidarnos del característico parche en el ojo.
Después del Glam vino su etapa de “El Delgado Duque Blanco”, un personaje inspirado en Thomas Jerome extraterrestre de la película “El hombre que cayó a la tierra”. Pelo liso peinado hacia atrás, poco maquillaje, camisa blanca, pantalón negro y chaleco a juego.
Cuando se marchó a Berlín condicionado por su adicción a las drogas, la influencia de la música electrónica hizo que adoptara una forma de vestir más sobria y minimalista que cambiaría completamente en los años 80 por unas hombreras y su melena abundante. Recordemos su dueto con Queen, otro grande.
Su última actuación en directo fue en 2006 en Nueva York junto a Alicia Keys. Y desde entonces casi no hizo apariciones públicas y vivió recluido alejado de medios y público. Sólo sus más allegados sabían de la gravedad de su enfermedad. Una vida muy intensa en un insuficiente espacio de tiempo.
David Bowie ha sido, es y será un referente, una voz al alza en todas las corrientes artísticas que se precien. Nunca sabremos que había detrás de todos esos esperpénticos disfraces, y quedarán muchas incógnitas sobre su vida sin resolver pero siempre será único e inimitable.
Te queremos Bowie.
