Las lentillas se han convertido en una gran solución para los problemas oculares. Sin embargo, también son un molesto problema para la preservación del medio ambiente.
Los océanos y todas las especies están sufriendo las consecuencias de su efecto. Pero, ¿por qué y cómo? En los últimos tiempos los lentes de contacto han terminado depositados en el fondo de los ecosistemas porque las millones de personas que las usan las botan por el desagüe.
Usan el inodoro como depósito de las lentillas de usar y desechar. Una costumbre que ha producido cientos de toneladas cúbicas de basura de uno de los materiales más contaminantes de nuestros tiempos: el plástico.
En España y Estados Unidos
Un estudio de la Universidad Estatal de Arizona, en Estados Unidos, determinó que entre el 15% y el 20% de los usuarios que usan lentes de contactos los arrojan por el retrete o lavabo cuando deciden dejar de usarlas.
Los científicos que participaron en esta investigación concluyeron que ese microplástico contamina los mares y océanos. Muchas son las vías por las cuales las pudieron haber adquiridos, ya sea por compra de lentillas online o través de tiendas físicas que cuentan con profesionales.
En Estados Unidos unas 45 millones de personas usan este tipo de protección visual. Con esta cifra los estudiosos concluyeron que solo en un año las aguas de ese país pudiesen terminar con unos seis o diez millones de toneladas de plásticos, producto de estos objetos.
En España la situación no es diferente. La Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico, informó que 2,5 millones de ciudadanos emplean lentes de contacto desechables. En el caso de este país, 10 millones pudiesen estar siendo arrojadas por el inodoro y terminando en los océanos.
Los humanos también se perjudican
El mar Mediterráneo tiene entre 4.800 y 30.000 toneladas de microplástico y en general hay de 93.000 a 236.000 toneladas de basura con estos componentes en todos los océanos, según datos aportados en 2017 por Greenpeace.
El impacto global sin duda ha sido tremendo. Por ejemplo, cada partícula de estas lentillas puede terminar en las plantas de tratamiento de agua residual, atascando las maquinarias que se encargan del saneamiento del agua que las personas utilizan diariamente para solventar diferentes necesidades.
Composición química que envenena
Para que las lentillas sean suaves, flexibles y permitan el flujo de oxígeno hacia el ojo, están fabricadas con una mezcla de siliconas, polimetilmetacrilatos y fluoropolímeros. Sin embargo, esta misma composición genera que al llegar al agua los lentes de contacto se descompongan en microplásticos.
Es decir que su estructura pierde resistencia. Esos trozos que se desprenden llegan a los océanos y se incorporan a la cadena alimentaria marina de dos formas: por ingesta directa o por filtración.
¿La consecuencia? Anualmente muere cualquier cantidad de animales marinos que confunden estas partículas de microplástico con alimentos que luego de su ingesta les producen una asfixia mortal o envenenamiento.
¿Qué hacer con las lentillas?
Las lentillas desechables no son las culpables de esta contaminación sino el modo en que los usuarios deciden deshacerse de ellas.
Ciertamente las investigaciones científicas están dirigidas en la actualidad para cambiar los materiales de fabricación. Pero, gran parte de la solución está en los buenos hábitos de todos quienes las utilizan.
Desde el principio deben cerciorarse de toda la información de fabricación del lente de contacto para saber si es conveniente para nuestra salud y para el medio ambiente. Si realizaste la compra de lentillas en tiendas que cumplan con toda la reglamentación, asegúrate de exigir estos datos.
Luego de que la tengas en tus manos y las hayas usado, seguramente ya sabes que tirarlas por el retrete es una acción irresponsable. Ahora bien, puede que ante este panorama te preguntes qué hacer.
Comunícate con el ayuntamiento de tu localidad y pregunta si tienen un espacio disponible para depositarlas. Toma en cuenta que como su composición no es mayormente de plástico no podrán ir al cubo amarillo. Por lo general su destino final es el cubo de basura normal.
Otras soluciones urgentes
El estudio señalado en este artículo es el primero que se realiza sobre el tema, por lo cual es necesario continuar con la investigación de este fenómeno para comenzar a plantear soluciones más concretas.
Será necesario que las empresas fabricantes se comprometan a difundir cómo desechar de forma correcta el producto, ya sea en su etiqueta o usando la vía del Internet.
Es primordial, aunque parezca innecesario, que a la luz de todos se deje claro que las lentillas desechables se tiran con los sólidos y no por los desagües.
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