Detrás de su bonita fachada, la obra maestra de Antoni Gaudí esconde muchas anécdotas que la mayoría de sus visitantes desconocen.
La casa Batlló es uno de los edificios más emblemático del modernismo catalán y de toda la ciudad de Barcelona. Su colorida fachada es uno de los principales puntos de interés del Passeig de Gracia, la calle de las tiendas de lujo de la Ciudad Condal, y visitarla es uno de los imprescindibles cuando se realiza un viaje a Barcelona.
De hecho la Casa Batlló es uno de los monumentos más visitados de Barcelona pero a pesar de los infinidades de turistas que recibe cada día, cuenta con un sistema de reservas previas muy funcional que permite evitar el que perdamos el tiempo haciendo mucha cola.
Entrar en la Casa Batlló es toda una experiencia, esta obra de la época naturalista del arquitecto modernista es realmente una maravilla. Para el recorrido se ofrece a cada visitante un soporte multimedia (vídeo y audio) de realidad aumentada con guía inteligente, lo que hace que la experiencia sea de lo más inmersiva y sin duda muy interesante.
Durante el recorrido tenemos un sinfín de información textual y gráfica, la casa está repleta de detalles espectaculares y esconde muchos más secretos de los que se pueden descubrir en una simple visita turística.
Todos sabemos que la Casa Batlló se conoce también como “la Casa del Dragón” por el simbolismo de su fachada relacionado con la leyenda de Sant Jordi, patrón de Cataluña, pero no todos sabemos que esta casa esconde muchas más anécdotas de la que podríamos imaginar.
7 Datos curiosos sobre la Casa Batlló
1. La Casa Batlló es una reforma de un edificio de Emilio Sala Cortés, el maestro de Antoni Gaudí
Considerando su espectacularidad, en ningún momento salta a la vista que la Casa Batlló es una adaptación de otro edificio. En realidad en el lugar de la Casa Batlló ya había otro edificio de 1877, obra de Emilio Sala Cortés, el profesor de arquitectura de Antoni Gaudí.
Gaudí en lugar de derribarlo lo reformó, transformando un edificio clásico en uno de los mejores ejemplos del modernismo catalán.
2. Josep Batlló compró el edificio por 510.000 pesetas, unos 3 mil euros
En 1903 el empresario Josep Batlló i Casanovas adquirió el edificio construido por Emilio Sala Cortés en el plan de urbanización del Passeig de Gracia del 1860 (Plan Cerdà) y encargó a Antoni Gaudí la construcción de su casa dándole total libertad.
El empresario quería algo que destacara entre los edificios modernistas “tradicionales” que su familia estaba construyendo; y por eso confió en el talento de Antoni Gaudí que por aquel entonces ya se estaba encargando de las obras de la Sagrada Familia, la Torre Bellesguard , el Parque Güell y la restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca.
3. En la Casa Batlló se vivía de alquiler
La reforma de la que actualmente conocemos como la Casa Batlló se realizó entre los años 1904 y 1906. Una vez acabada la obra, en 1907 la familia Batlló se fue a vivir en la planta noble de la casa.
En 1911 Don Josep Batlló Casanovas obtuvo el permiso del ayuntamiento para alquilar los pisos superiores y puso las demás plantas en alquiler.
Josep Batlló estaba casado con Amàlia Godó hija del confundador del diario La Vanguardia, con la que tuvo cinco hijos, los cuales tras la muerte de sus padres (en 1934 el señor Batlló y en 1940 su mujer) se encargaron de vender la casa en 1954 y se quedaron viviendo en las plantas superiores.
4. A la señora Batlló no le gustaba el diseño de Gaudí
Se cuenta que entre Amàlia Godó y Josep Batlló hubo no pocas peleas durante las obras de su casa y las fotos de época son muestra de que a la señora Amàlia no le gustaba mucho el diseño de Gaudì.
Una de las anécdotas fue cuando Gaudì, con el objetivo de diseñar las sillas del comedor, preguntó cuántos hombres y cuántas mujeres vivían en la casa. Él quería hacer asientos ergonómicos pero Amàlia se negó con la posibilidad de tener en su salón sillas divididas por géneros. A pesar de que finalmente el cliente siempre tiene razón y Amàlia consiguió su silla unisex, las fotos de la época muestran que en la casa nunca se llegaron a utilizar los bancos y los sillones diseñados por Gaudì.
Si en el exterior la Casa Batlló era la viva expresión del modernismo catalán más exuberante, en su interior los espacios fueron decorados con un mobiliario decimonónico de estilo neoclásico de carácter mucho más tradicional.
5. La Casa Batlló fue el instrumento de una estrategia de posicionamiento social de la familia Batlló
Para Josep Batlló encargar la construcción de la Casa Batlló representaba mucho más que conseguir un hogar bonito. Escogió una típica casa burguesa situada en la calle que se estaba transformando en la principal arteria de la ciudad con la que poderse posicionar socialmente en un estrato superior que el de “simple” empresario de éxito.
Su esposa sería la nieta del que de allí a pocos años se nombraría como el primer Conde de Godò y era hija del cofundador de La Vanguardia, con esta unión la familia Batlló se colocaba en un punto muy alto de la pirámide social y su casa tenía que ser especial y exclusiva como ellos.
6. La Casa Batlló está en la Manzana de la Discordia
En la manzana de la Casa Batlló hay otros edificios modernistas importantes y como se puede imaginar había bastante rivalidad entre sus arquitectos, sobre todo entre Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí. Todos querían construir la casa más bella y espectacular y por ello, este tramo del L’Eixample barcelonés situado entre las calles de Aragón y Consejo de Ciento se conoce también como La Manzana de la Discordia.
Los edificios modernistas que crean esta manzana de la Discordia son:
la Casa Lleó Morera de Lluís Domènech i Montaner
la Casa Mulleras de Enric Sagnier,
la Casa Josefina Bonet de Marcel-li Coquillat
la Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch
la Casa Batlló de Antoni Gaudí.
7. La Casa Batlló no gustó mucho en un primer momento
Cuando Gaudí terminó las obras, la Casa Batlló se presentó al concurso anual de edificios artísticos del Ayuntamiento pero dos veces se le negó el premio. En 1906 se premió la casa Lleó i Morera de Doménech i Montanery y en 1907 el Col·legi Comtal de Bonaventura Bassegoda Amigó. Solo mucho más tarde, en 1962, la Casa Batlló fue incorporada al Catálogo Patrimonial del Ayuntamiento de Barcelona y en el 1969 fue declarada Monumento Histórico Artístico. Desde 2005 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2006 recibió el premio The Best in Heritage de Europa Nostra Awards.
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